sábado, 30 de enero de 2016

Su Hijo HABÍA MUERTO Hace 3 Años, Un Día Un Niño Toca La Puerta Y Le Dijo “Mama Soy Yo”.




Todas y cada una de las historias impactantes y peculiares que nos solemos encontrar son siempre únicas, por miles de años se ha recopilado información y son muchas las leyendas de diferentes situaciones que van siendo registradas. Incluso ciertas circunstancias “Sobrenaturales” nos dejan cada día con la boca abierta, incrédulos.

Conoce la trágica historia luego del accidente… Entre todas esas historias que no logramos encontrar explicación, podemos destacar esta que ha ocurrido en Canadá, más específicamente en la ciudad de Quèbec, lugar donde vive Regina Andrés, una madre que en el mes de Enero del año 2012 sufrió un accidente de automóvil cuando iba con su pequeño hijo llamado Matthew, de tan solo 7 años.¿Quieres saber más? Sigue leyendo. Acuérdate Compartir Esto Con Tu Familia Y Tus Amigos.

En el año 2012, sobre el día 13 de enero, Regina Andrews se encontraba manejando por una de las vías rápidas de la ciudad, mientras que, al mismo tiempo, hacía uso de su teléfono móvil, hablando con una amiga sobre el engaño que le había perpetrado a su marido y sobre el divorcio que se avecinaba.
Cabe resaltar que en una época invernal, el hecho de conducir así es algo increíblemente difícil ya que la propia carretera se encuentra muy mojada y resbaladiza por los copos de nieve y el hielo y por ende hay que cuidarse incluso un poco más de lo que uno acostumbra.
A pesar de esto, Regina se sintió perdida en la conversación pensando y rememorando todas las cosas que aún le faltaban hacer y que tan solo tenía menos de 15 minutos.
Por esta razón, Regina decidió utilizar la famosa red de mensajería instantánea, Whatsapp para continuar hablando mientras su hijo Matthew jugaba con la consola portátil de videojuegos. Mientras que todo parecía realmente usual, Regina levantó la vista y observó un carro que se avecinaba a toda velocidad al final de la próxima curva.
Debido a que no le alcanzó el tiempo para esquivar el carro, chocó contra el mismo,causando la pérdida de la vida al pequeño Matthew por el simple hecho de no haberse colocado el cinturón de seguridad, el cual bien podría haber evitado tan terribles heridas.
La Sra. Andrews quedó también herida a causa del accidente, sin embargo logró recuperarse de sus lesiones, mas no de la culpabilidad, la cual se apoderó de su mente al ver la situación en su complejidad.
Hasta hoy en día, Regina siempre se ha encontrado muy pensativa por lo que había pasado, el recuerdo de su propio hijo muerto la ha perseguido junto con la culpa por el uso incorrecto del celular y el cinturón de seguridad.
Unos tres años después del accidente, Regina se encontraba sola en casa cuando escuchó el timbre. Se levantó, como de costumbre, y al abrir la puerta se encontró con un niño de unos 10 años de edad en el porche de su casa.
Regina, absolutamente confusa, le pregunta al chico que era lo que deseaba, las palabras que salieron de la boca de ese niño fueron absolutamente impresionantes y fuera de lo normal, lo que dijo te lo contamos a continuación:
“Mamá, aquí estoy, soy yo..”
Como era de esperarse, la impresión de Regina no pasó de tan solo una broma de mal gusto, aunque en shock se quedó observándolo hasta que de repente el chico comenzó a decir lo siguiente:
“Mama, no te preocupes por lo que sucedió, debes entender que nunca has querido hacerme daño y que ese día helado nunca debió ser más frío para ninguno de nosotros dos, no te culparía nunca por permitir que sucedan los accidentes cuando suceden, no estuvo bien que un simple videojuego resultara aún más importante que mi propia seguridad.
He estado viviendo en la casa de otra familia al otro lado del Canadá, pero decidí que lo mejor sería esperar un poco de tiempo para visitarte, me ha costado mucho trabajo que me creyeran, ahora espero que tú también lo hagas aunque mi cuerpo no sea el mismo de antes, soy yo, soy Matthew.”
Regina no conocía la manera en que debía reaccionar, sin embargo notaba que por su rostro se desplazaban lágrimas sin sentido alguno y que por dentro de su cuerpo, los órganos parecían estar a punto de explotar, sin embargo, era una explosión que no le disgustaba en ningún aspecto.
Vulnerable y perdida, no pudo contenerse y se abalanzó hacia este chico desconocido para pedirle perdón, perdón más allá de que pudiera ser una broma, perdón más allá de que tal vez todo sea un sueño, perdón por el hecho de haber acabado con su vida y no haber podido verlo crecer como debía ser…
Entre abrazos y llantos se dijeron todo lo que debían decirse y a Regina poco le importaba todo, era su propio hijo y él sabía de manera perfecta todos los detalles de su vida. No quedaba otra opción, tenía que ser Matthew.
Planificaron que ella hablaría con la otra familia para quedarse con él y Matthew parecía encontrarse de acuerdo. Al día siguiente partirían, sin embargo, Matthew ya no estaba allí al amanecer… Su hijo se había ido una vez más, Regina lo había perdido ya para siempre… Una vez más… No pudo hacer más que volver a romper en llanto, pero ya no tanto, ya no se sentía tan increíblemente vacía.
Tomó todo lo sucedido como una experiencia sobrenatural y única, que la ayudó a liberarse un poco de su profundo dolor. Así es como Regina relata lo sucedido, con un sentimiento puro que hasta ahora no ha sido capaz de explicar, simplemente sabe que todo está bien y que Matthew se encuentra pendiente de ella en algún lugar y ella pendiente de él desde lo más profundo de su corazón.

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