Un matrimonio feliz sólo es posible si tu pareja está feliz contigo. Troy Stoneking admite que a lo largo de 25 años de su vida matrimonial entendió que los detalles tienen una gran importancia. «No soy perfecto, sigo cometiendo errores, sin embargo procuro hacer todo lo posible para ser un buen esposo», comenta Stoneking.
Él cree que su esposa no tiene ni una sombra de duda acerca sus sentimientos. Pero recomiendamos tomar en cuenta estas 11 sencillas cosas que él pone en práctica para hacerla feliz. Estos consejos aplican tanto para hombres como para mujeres,
1. Realizo tareas domésticas
Esta mañana acomodé los platos limpios, y mi esposa estaba muy agradecida. Muchas veces lavo la ropa y tiendo la cama. Las tareas domésticas indican que me preocupo por crear un ambiente cómodo y agradable en la casa.
2. Sus deseos para mí son prioridad
Siempre pregunto qué le gustaría cenar en lugar de proponer mi idea. A la hora de dar un paseo, siempre me ajusto a su ritmo de paso. Para mí siempre primero es ella, y luego yo. No, no soy un tonto, sólo respeto sus necesidades.
3. La escucho sin interrumpir
Si necesita compartir algo, siempre la escucharé. Puedo hacerle un par de preguntas para entenderla mejor. Sin embargo, no intento solucionar su problema hasta que me lo pida. A veces una mujer sólo necesita desahogarse, y sólo eso. Únicamente escúchala. Y lo entenderás también.
4. Siempre soy gentil con ella
Mi esposa nunca escuchará de mí palabras groseras. La amo demasiado para decírselas. Si discutimos, no les permito a mis emociones tomar el control, siempre hablo con mi esposa con respeto e intento recordar lo importante que es ella para mí.
5. Hablo con ella con cortesía
Las palabras corteses son una muestra de cariño. Cuando hablo con mi esposa, mi lenguaje está lleno de palabras como «gracias» y «por favor». Intento que mi habla refleje mis sentimientos hacia ella, hablo con mi esposa diferente, como no lo hago con ninguna otra persona.
6. Le hago cumplidos
Un nuevo peinado o atuendo, siempre intento darme cuenta de ello y hacerle un cumplido. En compañía de mis amigos siempre alabo sus esfuerzos y hablo bien de ella. Me gusta cómo dibuja, cómo vence su pereza cada mañana para salir a correr, cómo cuida a los demás y se preocupa por ellos
La amo, y por eso la alabo. Hago esto incluso cuando no está a mi lado. Quiero que todos sepan lo maravillosa que es ella.
7. No me dan miedo mis responsabilidades
Hay algunas tareas específicas tales como sacar la basura o hacer una pequeña reparación en nuestro hogar; son mis obligaciones. Por eso siempre lo hago. Tal vez no inmediatemente, pero siempre lo hago. No quiero darle un trabajo adicional.
8. La escucho, pido perdón y saco mis conclusiones
Corro maratones. Por lo tanto la distancia de 5 kilómetros para mí no es nada. Hace poco mi esposa me llamó la atención respecto a mi forma de expresarme en ocasiones, por ejemplo que cuando digo «¡Sólo son 5 kilómetros!», puedo ofender a otras personas sin querer. Me recordó que hace tiempo 5 kilómetros para mí eran una distancia insuperable, y que debo respetar otras opiniones y ser más atento. Ya no me expreso de esta manera.
9. Me interesa su opinión
Cuando debo tomar una decisión difícil, pido su consejo. Ella es inteligente, perspicaz y sabe qué es lo que sienten las demás personas. Siempre me da consejos valiosos.
10. Apoyo sus sueños
Intento apoyar todos sus esfuerzos. Le gusta dibujar, y para su cumpleaños le regalé un curso de clases en una escuela artística. Me gustaría que realice sus sueños, por eso siempre cuenta conmigo.
11. Le digo que la amo
Varias veces al día le digo a mi esposa que la amo. Estas palabras no pierden su fuerza porque siempre las digo sinceramente. Y ella hace lo mismo. Quiero que nunca tenga dudas de que la amo más que a nadie.
Todo lo que digo y hago a diario influye en gran medida en mi esposa. Hago todo para que sea feliz, es mi deber como esposo. Ambos debemos procurar constantemente hacernos más felices.
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